lunes, 8 de octubre de 2012

Error de cálculo




ERROR DE CÁLCULO
Los intentos de asesinato habían sido varios. Desde los bombardeos a la Plaza de Mayo, en las sangrientas jornadas de 1955, la consigna de “Matar a Perón” inflamó la imaginación del antiperonismo de todas las épocas, dando lugar a las maquinaciones más aberrantes. El propio General Perón reveló las andanzas de un sicario yugoslavo contratado para eliminarlo durante su estadía en Venezuela. También en Caracas, las crónicas registran el atentado dinamitero contra el “Tirano prófugo”, según el lenguaje de entonces.
Menos difundido es el complot para liquidarlo en Madrid. En 1962, el mundo estaba al borde de una nueva conflagración, con la crisis de los misiles en Cuba y luchas de liberación por todo el orbe. Las ciudades se habían vuelto un nido de espías y Buenos Aires no era la excepción. Agentes de la CIA descubrieron que un capitán de la Marina había sido entrenado para matar a Perón en el exilio. Un informe desclasificado de la inteligencia norteamericana indica que el plan consistía en entrar a España con pasaporte falso, infiltrar las actividades del núcleo cercano y asesinar al Líder. No queda claro si el atentado se frustró porque el gobierno de Washington alertó a Perón, porque los marinos nunca llegaron a destino o porque la Resistencia Peronista se encargó discretamente de conjurar el peligro. Pero esa tentativa, no sería la última.
Lo que voy a revelarles ahora nunca jamás ha sido contado. Es una de las aventuras más ridículas que pueda contener nuestra Historia. Sean los primeros en conocerla. ¿Que cómo me enteré, pregunta usted? Déjeme que le cuente. Soy un coleccionista de libros antiguos. Mayormente libros de magia negra, alquimia y esas cosas. Los traficantes se han enriquecido a mi costa. Reconozco que no mido en gastos ni reparo en escrúpulos. Ayer conseguí un libro que me tenía obsesionado.
El volumen, cuyo nombre no indicaré, es un compendio sobre rituales esotéricos del nazismo. En particular, enumera las virtudes mágicas de ciertos artefactos encontrados en el Tibet, en la expedición realizada por científicos alemanes a principios de 1930. Si los primeros capítulos son inverosímiles, en los últimos ya se desbarranca sin remedio, reseñando la búsqueda del Santo Grial, el Arca de la Alianza y otros ingenios provenientes de la Atlántida, Ultima Thule y aún, la estrella Aldebarán, supuesto origen de la raza aria. Pura superchería.
Pero el descubrimiento que me está enfermando apareció inesperadamente con las tareas de restauración. Tras la falsa carátula, encontré un manuscrito que detalla minuciosamente unos preparativos litúrgicos para matar a Perón. No está muy clara la procedencia, pero no sería del todo descabellado postular que se trataba de alguna sociedad secreta iniciada en los misterios mágico-páganos de los nazis. Está fechado en el solsticio de invierno de 1963 y según dice, la solución no podía dilatarse mucho más, porque el año anterior y a pesar de la proscripción, los candidatos peronistas habían ganado ampliamente las elecciones, camuflados pero no tanto, bajo otros sellos partidarios. La frustración del atentado madrileño aconsejaba experimentar por vías no ortodoxas.
Las referencias aparecen veladas, pero se desprende que una vez más se confió la misión a un capitán de la Infantería de Marina. Luego de tres días de ayuno, el elegido debía bañarse en agua helada y totalmente desnudo, sostener el disco de Shambhalá sobre su cabeza, mientras recitaba las palabras rituales. Merced a un desdoblamiento temporal, el asesino sería tragado por un vórtice y viajaría hacia el pasado para matar a Juana Salvadora Sosa, la madre de Perón. El manuscrito habla de un error de cálculo, de la imposibilidad de restablecer el contacto con el esbirro y del desesperado rescate de una masa indefinida de vísceras y carne.
Probablemente no sea sino, otra patraña inventada por los libreros para esquilmarme, pero antes de lamentar la disolución de los conjurados, el manuscrito indica precisa y documentadamente, el paradero del disco, circunstancia que ha encendido mi codicia.
En un día como hoy, pero de 1895, nacía Juan Domingo Perón, tres veces presidente de los argentinos, fundador del Movimiento Nacional Justicialista y del proceso transformador de la República, con una fuerte orientación hacia una política social y la promoción de los trabajadores. Sin embargo, es una de las figuras históricas que mayor división y enfrentamiento ha suscitado aún hasta nuestros días.
© Pablo Martínez Burkett, 2012 

No hay comentarios: