“Alto Voltaje”
Es de noche, llueve a cántaros,
una terrible tormenta nos atacó a mitad del camino. A mi lado, en el asiento
del acompañante, la abuela Tita duerme y empaña el vidrio con sus ronquidos.
Supongo que la vieja ya ha vivido lo suficiente como para no sentirse
preocupada; duerme de manera tan apacible que me provoca envidia; o tal vez,
será que confía demasiado en los reflejos de su nieto. Parecen baldazos de agua
esos que caen sobre el parabrisas; las escobillas no dan abasto para esparcir
el agua. Y aun nos quedan unos cien kilómetros para llegar al pueblo.
Quisiera detenerme a un costado y
esperar a que mengüe la tormenta, pero las banquinas están anegadas, llenas de
charcos y barro. Para peor, en los últimos cincuenta kilómetros no hemos cruzado
ninguna estación de servicio en donde poder refugiarnos. No tengo miedo por mí,
sino por la abuela, porque si chocásemos con otro auto, tal vez yo sobreviviría,
pero ella pobrecita, con sus noventa años, y sus huesos frágiles, se rompería
como un cristal.
Tengo sueño, tengo hambre, y
tengo miedo; pero no puedo detenerme, solo me resta seguir surcando telones de
agua hasta lograr divisar algún sitio en donde esperar que mejore el clima.
Enciendo el estereo, y elijo una música que me dé coraje y me mantenga alerta,
subo el volumen hasta el máximo; la abuela Tita se despierta sobresaltada
pegando un grito.
–¡Pero!...
¡Dios santo nene! ¿Qué es este batifondo? –me pregunta tapándose los oídos.
–Perdón
abuela, no te enojes, pero necesito escuchar esto para manejar.
–¡Madre
mía!... ¿es necesario escuchar este ruido para que puedas manejar?
–Es necesario
abuela… me mantiene despierto.
–¡Ah!... ¡de
eso no me quedan dudas! ¡Desperté pensando que nos estaba arrollando un
tren!... ¡esa voz nene!... pero… ¿eso es un ser humano?
–Si Abuela, y
se llama Brian Johnson, ¡un gran cantante!
–¿Gran
cantante?... ¡Gran cantante era Gardel nene!... pero este… ¡este parece que
tuviese un ataque de laringitis!... yo no entiendo como pueden escuchar estas
porquerías ustedes, los jóvenes…
–Abuela, como
explicarte… ¿te acordás cuando revivieron al abuelo en el hospital?, ¿cuándo le
colocaron esas paletas con electricidad en el pecho?... bueno, eso se llama
“desfibrilador”; el corazón del abuelo volvió a latir luego de que le dieron
electricidad, revivió…
–¿Y que tiene
que ver el corazón de tu abuelo, que en paz descanse, con la voz espantosa de
este señor? –inquirió la abuela señalando el estereo–. ¡Dios me libre y me
guarde! Me duele la garganta de solo escucharlo…
–Me sucede
algo similar con esta música… –le respondí–. No sé abuela… me despierta, me
llena de coraje, de euforia, ¡me hace sentir vivo!
–Nene…
si esto te hace sentir vivo, entonces deberías ver a un doctor… o mejor, a un
exorcista; yo conozco a uno bueno, atendió a tu padre durante su adolescencia.
–¡No quiero
que me exorcicen! Quiero escuchar esta música de alto voltaje, estas guitarras
estridentes, y esta voz… que en este instante, es como la voz de Dios para mí.
La abuela se persignó y luego siguió
tapándose los oídos con ambas manos. La lluvia no cesaba, y ahora las ráfagas
de viento hacían que el auto zigzaguease por la ruta. Pero yo me sentía genial,
los truenos se acompasaban con la música; me gustaba la tempestad, y la
incertidumbre mojada del parabrisas. A medida que pasaban las canciones, y esa
voz estrepitosa retumbaba en la cabina del auto, yo me llenaba de una especie
de regocijo inmortal; incluso aceleraba, desafiando al destino, a la tormenta,
a Dios. Y mientras mi abuela rezaba el Padre nuestro y el Ave María con los
oídos tapados y los ojos cerrados, yo deseaba que esta tormenta, este camino, y
esta música, jamás se terminasen.
Llegamos sanos y salvos. La lluvia
cesó en el instante en que apagué el auto. La música también terminó; la abuela
Tita me miró de esa manera que miran las abuelas a sus nietos queridos.
–Nene, tengo que admitir… que una
de las canciones me ha gustado un poco… –me dijo.
Un 5 de octubre como hoy, pero de
1947, en Newcastle, Inglaterra, nacía Brian Johnson, actual vocalista del grupo
de hardrock AC/DC. Brian es dueño de una voz impostada y poderosa que ha
marcado un antes y un después en la historia del rock pesado. Es considerado
uno de los mejores cantantes de este género musical. Su debut como cantante de
AC/DC fue con el disco “Back in Black”
Texto y pintura de Martín Kaos
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