jueves, 9 de agosto de 2012

Helter Skelter


La histeria, las drogas, la psicodelia, el esoterismo, el satanismo, el ocultismo, la paranoia, el hambre de revelaciones, el desencanto, la insatisfacción, el malestar, el pop... En una de las muchas aristas de los 60’s todo esto se mezcla y forma un cóctel impredecible. Así es que poco a poco proliferaron los mensajes cifrados, subliminales, agazapados detrás de la imaginería florida y multicolor de la época. Los iniciados los detectan en todas partes: Hey Jude es una incitación a pincharse con agujas hipodérmicas, la cinta de Strawberry Fields pasada al revés destila mensajes de odio, Come together agradece a Satanás por las drogas y las llamas del infierno, en Something George le ruega al demonio que suelte su brazo, Lucy in the Sky with Diamonds invita a adentrarse en un paisaje inestable, moldeado en ácido y decorado con cielos de mermelada, flores de celofán y porteros de plastilina... Como si esto no alcanzara, I am the Walrus menciona escalofríos negros y ojos misteriosamente atacados, en Number Nine se invoca a un cadáver, y los indicios de que Paul está muerto y fue reemplazado por un impostor se multiplican por doquier en tapas, letras y entrevistas, evidentes para quien quiera verlos. En A Day in the Life John pregunta una y otra vez, como si le estuviera exigiendo respuestas a una tabla ouija, si Paul volverá convertido en Superman, y cuando se pasa al revés Blue Jay Way la voz de ultratumba de Harrison canta, como en una letanía, que Paul está cubierto de sangre, Paul es Hare Krishna, Paul es todo lo que hay.
El propio Paul (o tal vez su doble) vaticina el futuro: se acerca el apocalipsis, esta vez bajo la forma de una guerra despiadada entre blancos y negros en la que los primeros serán aniquilados. El Helter Skelter definitivo. Pero este mensaje no puede comprenderlo cualquiera, y probablemente hasta el mismo Paul lo negaría si se le preguntara al respecto; sólo un iluminado, un sujeto oscuro y resentido de California, puede desentrañarlo de la maraña densa y ruidosa en la que se entrelazan los gritos y los instrumentos. Junto a aquella, recibe otra revelación: tras la guerra comenzará su reinado; los vencedores, desorientados, acudirán en su búsqueda y lo harán su líder. En ese momento él y su familia, es decir quienes él haya elegido como integrantes de su familia, iniciarán la fundación de una nueva sociedad.
Pero para que lo nuevo surja, todo lo malo, todo lo viejo, todo lo corrupto, tiene que arder. Y cuanto antes mejor.    


El 9 de agosto de 1969, cuatro acólitos de la "familia" de Charles Manson ingresaron en la mansión de Roman Polanski y Sharon Tate en Beverly Hills. Siguiendo las instrucciones de su líder, asesinaron a todos los que se encontraban allí, cinco personas en total. Más allá de la locura y la maldad, los móviles de este crimen múltiple nunca fueron aclarados del todo. Sharon Tate, embarazada de ocho meses, recibió dieciséis puñaladas; su panza fue vaciada y su cadáver colgado de una viga. Tenía veintiséis años. Hoy la recordamos a ella, una de las mujeres más hermosas de todos los tiempos.
María Eugenia Alcatena


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