FRANCAMENTE, QUERIDA, ME IMPORTA UN
BLEDO
Juguemos a las adivinanzas... Cine... Se trata de
una película, sí… en su momento fue la más costosa... Se llevó 10 Oscar de la Academia … En un par de años se van a cumplir 75 de su estreno...
¿Ya sé que no había nacido pero… adivinó?
Es una de las más famosas de la historia del cine…
Dura 4 horas…. Ah, que no ve películas tan largas, me dice… Pero mire que está
buena… ¡No, no! que no es en blanco y negro, es en color, todo un alarde de técnica
para la época. Hay tiros… unas batallas increíbles y hasta le prenden fuego a toda
una ciudad… Sí, hay besos… ¿pero qué quiere? … en el fondo es una historia de
amor. Bueno, sí, es un culebrón de aquellos… ¿No le suena? Hablando de sonar,
le doy otra pista: la musiquita seguro que la conoce, no hay fiesta de los
Oscar que no la pasen en la apertura de cada bloque… ¿Adivinó? ¿Mnnno?
De qué trata la cinta, me pregunta… La acción
comienza hacia 1860 en las plantaciones del sur de los Estados Unidos, en Atlanta,
Georgia. Hay grandes mansiones y un lujo increíble. Sí, también hay esclavos.
Sí, sí, y son negros… Ya le dije, es Estados Unidos, el Sur… fanatizados con la
esclavitud al punto de ir a la guerra con los estados del norte por ese temita.
No, todavía no sucedió la
Guerra de Secesión, pero está ahí nomás, como quien dice, a
la vuelta de la esquina. Encima, los jóvenes sureños sueñan con la gloria de la
guerra. Creen que se trata de un desfile, de una fiesta, un baile.
En la película hay un montón de banquetes y
bailongos, con damas ataviadas con esos vestidos fabulosos y los peinados con
tirabuzones. Y ya que estamos con el componente femenino, déjeme que le diga
que una de entre todas, se destaca. Lejos, es la más bella del condado. Caprichosa,
apasionada; es una consumada manipuladora. En realidad no le importa nada con
tal de alcanzar aquello que ambiciona. Pero como en el pecado está el castigo,
no va que justo se enamora de un hombre, un buenazo pero que está comprometido
con otra mujer, a la sazón, prima de esta ricura de chica, que, mientras intenta
salirse con suya, no encuentra reparos en casarse con otros dos caballeros, que
tienen la mal idea de ir muriéndose.
Pero, (siempre hay un pero), para complicar la
cosa, aparece “el” hombre, que aunque pertenece a la clase acomodada de
Charleston, Carolina del Sur, es un aventurero, un jugador, un desfachatado que
tiene a todas las damas en un puño, con su sonrisa de perdonavidas, el pelo
engominado y su bigote caminito de hormiga. Y para peor, no está muy de acuerdo
con esto de ir a la guerra, poco menos que una cobardía para los gallardos
varones sureños.
Muy bien, veo que no obstante no tiene ni idea de la
película, ya anticipó el argumento: el cancherito se enamora como un
adolescente de la chica mala y la chica mala, aunque se hace la rata cruel (que
ambos tienen que cuidar su reputación), se termina casando con él y hasta
tienen una hija, la malograda Bonnie Blue. Pero cada uno es víctima de su
pasado y su fama, y la chica le hace las de Caín durante el resto de la
película hasta que el tipo se cansa de andarle atrás y después de una discusión
plagada de cínicos reproches, le anuncia que es su intención dejarla. La chica,
que ya no lo es tanto porque pasaron unos cuantos años, le pregunta en un arresto
de genuina desesperación: -Si tú te marchas ¿qué será de mí? Y sucede entonces
una de las respuestas más memorables del celuloide: “Francamente, querida, me
importa un bledo”. Y el ajado galán y su bigote caminito de hormiga se van para
siempre.
¿Vio que se iba a acordar? ¡Sí, claro, cómo no! La
película es “Lo que el viento se llevó”.
En un día como hoy, pero de 1913 nacía en
Inglaterra la actriz Vivien Leigh, recordada por su papel como Scarlett O’Hara
en “Lo que el viento se llevó”, papel que le valió un Oscar de la Academia y al que accedió
luego de ser elegida tras un casting de más de 1.400 candidatas y para el que
tuvo que modificar su inglés británico por el acento sureño.
© Pablo Martínez Burkett, 2012
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